Nuestra tristeza esta también con todos a quienes Xavier cruzo en su camino y en sus intereses, siempre lleno de aventuras, de pasión, de suma alegría, de seriedad y capacidad técnica para emprender en todas las direcciones. Hizo de la vida un arte excelso, que respetaba y compartía.

La muerte de Xavier nos toca especialmente, porque él es familia de esta producción en la que estuvo involucrado desde el principio, a ella la ha nutrido de su talento, experiencia y asesoría permanente.

Su partida nos deja huérfanos de una parte de nuestros sueños, que fueron alimentados y crecieron bajo las proezas creativas de sus magníficos proyectos, que lo tenían en uno y otro lado del mundo, compartiendo una generosidad y sabiduría que daban todo de sí.

Nos hará irremediable falta, en miles de cosas.

Gracias enormes, Xavier, sirinu, maestro querido, tu pasión vital alimento cosas geniales, que seguirán dando frutos en el tiempo.

Walter A.